Año: 2007
En esta política se asume un objetivo estratégico relativo a “una educación y salud de calidad a favor de la igualdad”, en el cual se pretende “incidir en la formación que se brinda a niñas, niños y adolescentes en espacios no formales a favor de la igualdad y equidad de género y la no violencia”, para lo cual identifica necesario el trabajo conjunto con los medios de comunicación, empresas editoriales y agencias de publicidad.
Año: 2016
En este tercer plan de acción de la PIEG se plantea como cuarto objetivo la necesidad de reducir “la violencia simbólica contra las mujeres y de los patrones culturales machistas que la mantienen”. Para ello, se propone desarrollar estrategias de comunicación institucional que ayuden a “informar y transformar patrones socioculturales que reproducen la VcM en Costa Rica” (acción 5) y a “posicionar en la agenda pública el tema de violencia simbólica contra las mujeres como un problema nacional” (acción 6), para lo cual se visualiza la participación de actores clave como la Universidad de Costa Rica, la Oficina de Control de Propaganda y la Oficina de Espectáculos Públicos, entre otros.
Por otra parte, dentro del objetivo nº 5 relativo a la “participación política de las mujeres y democracia paritaria”, se proponen acciones orientadas a la capacitación y el desarrollo de campañas en medios masivos que promuevan el posicionamiento de los derechos políticos de las mujeres.
Año: 2010
Dentro del componente de promoción y prevención se reconoce la especial vulnerabilidad del derecho de las mujeres “a la privacidad e imagen de la mujer en los medios de comunicación” cuando afrontan situaciones asociadas a la violencia en las relaciones familiares, de pareja, el hostigamiento sexual y la violación” (p.83).
El plan define acciones y líneas estratégicas orientadas al monitoreo, asesoría y capacitación de medios noticiosos y publicitarios, incluyendo a docentes, periodistas, trabajadoras/es de medios de comunicación, publicistas, para promover “actitudes y comportamientos dialógicos y de respeto a los derechos de las personas”, el desarrollo de un código ético acorde a estos, así como acciones para identificar, prevenir y denunciar aquellos contenidos, tratamientos e imágenes “que violenten los derechos y la dignidad de las mujeres” (p.99).